sábado, 27 de julio de 2013


PARTES DEL OJO DE LA VACA

Cornea: No fue difícil identificarla, ya que se encuentra en la parte externa, anterior del ojo y se ve con claridad; es una membrana transparente que tiene forma de un vidrio de reloj con bordes más anchos que el centro, mide 13 mm. de diámetro, se encuentra desprovista de vasos sanguíneos, tiene sensibilidad dolorosa en el centro y sensibilidad al frió y al tacto en la periferia.

Iris: Es la membrana causante de que el ojo humano pueda tomar distintas tonalidades, en su centro se encuentra la pupila.

Cristalino: Es una lente biconvexa situada detrás del iris y divide el ojo en dos espacios conocidos como cámaras. Para poseer una correcta visión es esencial la transparencia del cristalino.

Humor vítreo: Es una sustancia transparente y de consistencia gelatinosa situada entre el cristalino y la retina.

Retina: Es considerada una continuación del nervio óptico, en ella se encuentran las terminaciones nerviosas destinadas a percibir las impresiones luminosas, tiene células fotosensibles de dos tipos los conos y los bastones. No toda la retina es homogéneamente sensible a la luz, la capacidad mínima se encuentra en la entrada del nervio óptico llamado punto ciego, por el contrario, la mancha amarilla o fóvea es el lugar de máxima sensibilidad de luz.


jueves, 11 de julio de 2013

DINÁMICA ECOLÓGICA



RELACIONES ECOLÓGICAS

Una relación ecológica es el vínculo que un elemento de determinado ecosistema establece con otro del mismo ecosistema. Estos elementos pueden ser animales, plantas, clima, suelo, etc. y cuando alguno de ellos realiza alguna acción o cambio, siempre resulta en una reacción de otro de sus elementos.


RELACIONES INTRAESPECÍFICAS: A nivel unicelular, tanto en organismos animales como vegetales, las relaciones entre los distintos individuos presentes en un medio determinado vienen condicionadas principalmente por factores de tipo físico y químico.

Al ser su hábitat generalmente el agua, donde suelen formar parte del plancton, la rápida multiplicación de estos organismos puede provocar a veces en ambientes reducidos una cantidad excesiva de residuos metabólicos o un agotamiento total del oxígeno disuelto que provoque su muerte.

La relación entre cada organismo unicelular viene mediada por el medio común que comparten, al que vierten sus metabolitos y del que reciben los de otros organismos.

En el caso de los organismos de mayor entidad biológica, de formas pluricelulares, cualquier relación entre individuos de una misma especie lleva siempre un componente de cooperación y otro de competencia, con predominio de una u otra en casos extremos.

Así en una colonia de pólipos la cooperación es total, mientras que animales de costumbres solitarias, como la mayoría de las musarañas, apenas permiten la presencia de congéneres en su territorio fuera de la época reproductora.

La colonia es un tipo de relación que implica estrecha colaboración funcional e incluso cesión de la propia individualidad.

Los corales de un arrecife se especializan en diversas funciones: hay individuos provistos de órganos urticantes que defienden la colonia, mientras que otros se encargan de obtener el alimento y otros de la reproducción. Este tipo de asociación es muy frecuente también en las plantas, sobre todo las inferiores.

En los vegetales superiores, debido a la incapacidad de desplazamiento, surgen formaciones en las que el conjunto crea unas condiciones adecuadas para cada individuo, por lo que se da una cooperación ecológica, al tiempo que se produce competencia por el espacio, impidiendo los ejemplares de mayor tamaño crecer a los plantones de sus propias semillas.

En el reino animal nos encontramos con sociedades, como las de hormigas o abejas, con una estricta división del trabajo. En todos estos casos, el agrupamiento sigue una tendencia instintiva automática.

A medida que se asciende en la escala zoológica encontramos que, además de ese componente mecánico de agrupamiento, surgen relaciones en las que el comportamiento o la etología de la especie desempeñan un papel creciente. Los bancos de peces son un primer ejemplo.

En las grandes colonias de muchas aves (flamencos, gaviotas, pingüinos, etc.), las relaciones entre individuos están ritualizadas para impedir una competencia perjudicial.

Algo similar sucede en los rebaños de mamíferos. Entre muchos carnívoros y, en grado máximo entre los primates, aparecen los grupos familiares que regulan las relaciones intraespecíficas y en este caso factores como el aprendizaje de las crías, el reconocimiento de los propios individuos y otros aspectos de los que estudia la etología pasan a ocupar un primer plano.


RELACIONES INTERESPECÍFICAS: Todos los elementos de un ecosistema se relacionan entre sí.

Las relaciones interespecífica son aquellas que se producen cuando una especie influye de determinada manera en la vida de otra. Las consecuencias son fluctuaciones en ambas poblaciones y adaptación mutua.

Aunque es difícil clasificar la gran cantidad de relaciones que se producen en la Naturaleza, se distinguen cuatro tipos básicos: competencia, mutualismo, depredación y parasitismo. Una manera sencilla de expresar las consecuencias que estas relaciones tienen sobre los individuos implicados consiste en utilizar los signos + (más), – (menos) y 0 (cero); de forma:

Que + significa beneficio para una especie.
Que – perjuicio.
Que 0 indiferencia.

Actualmente, la introducción de especies alóctonas en nuestros ecosistemas está provocando la extinción de otras especies autóctonas, pues las primeras establecen una fuerte competencia por las fuentes de alimentos para las que las autóctonas no están preparadas.

Las relaciones interespecífica son:

- Relaciones de competencia (-,-)

- Relaciones de beneficio
· Mutualismo (+,+)
· Simbiosis (+,+)
· Comensalismo (+,0)
· Inquilinismo (+,0)

- Relaciones de depredación (+,-)
· Depredadores verdaderos
· Ramoneadores
· Parasitismo

Licenciado Wilson Rodríguez Cediel
Área de Ciencias Naturales y Educacion Ambiental